¿Conoces las diferencias entre mantenimiento y siniestro?

Cuando se produce alguna incidencia sobre un bien asegurado es necesario plantearse si se está ante una falta de previsión propia de su mantenimiento o si, por el contrario, se trata de un hecho impredecible. En el primero de los casos hablaríamos de un incumplimiento de las acciones a realizar por el propietario para garantizar el buen funcionamiento del bien en cuestión, mientras que en el segundo de los casos estaríamos ante un siniestro propiamente dicho al ser un suceso completamente ajeno a la voluntad del asegurado.

Entendemos, por tanto, que el siniestro está amparado por la póliza contratada por el asegurado y que obliga a la compañía aseguradora a cumplir con la prestación establecida en dicho contrato, previo pago de la prima establecida. Sin embargo, si el incidente es consecuencia de una falta de mantenimiento, las aseguradoras pueden no hacerse responsable del mismo ya responde a una falta de responsabilidad por parte del propietario.

El mantenimiento: responsabilidad del propietario

Además de aquellas pautas indicadas por el fabricante para la conservación del bien, como puede ser cambio de aceite de un vehículo, revisión de instalaciones, etc., el mantenimiento viene, en ocasiones, marcado por la propia legislación. Ejemplo de ello es la Inspección Técnica de Vehículos (I.T.V), obligatoria a partir de los cuatro años desde la fecha de matriculación del auto o la Inspección Técnica de Edificios (I.T.E), cuyo objetivo es garantizar la seguridad de las construcciones regulando su estabilidad y consolidación en los plazos estipulados por la autoridad designada. En caso de omitirse, los bienes asegurados quedarán fuera del ámbito de cobertura en caso de daño ya que se entiende que no se trata de hechos accidentales sino que responden a una falta de previsión por parte del responsable.

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