El 2022 fue el mejor año para el desarrollo fotovoltaico en España. No en vano, la sociedad se muestra cada vez más preocupada por el cambio climático y la energía solar se posiciona como una de las opciones más adecuadas para un desarrollo sostenible. Fuente inagotable, no contaminante, que no consume combustibles ni genera residuos y renovable al 100%. Además, la energía fotovoltaica es modular y se adapta a todo tipo de necesidades y espacios. Se pueden construir desde enormes plantas fotovoltaicas en suelo hasta pequeños paneles para tejados o incorporarlo en fachadas. Sin embargo, las empresas y particulares pueden encontrarse con diversos problemas a la hora de contratar los seguros para instalaciones fotovoltaicas. Lo analizamos en este artículo.
En cifras (aportadas por la Unión Española Fotovoltaica, UNEF), la energía fotovoltaica alcanzó en 2022 en nuestro país una capacidad instalada de 240 GW de nueva capacidad, lo que supone un incremento el 137% con respecto a 2021. El sector de autoconsumo industrial fue el que más creció.
Sin embargo, esta realidad no siempre encuentra soluciones aseguradoras con facilidad. Los incendios en los que se ven involucradas este tipo de instalaciones (ya sea como causa o como instalación afectada), así como los robos y actos de vandalismo, son las principales preocupaciones de las compañías de seguros, que, aunque ofrecen productos específicos para energías renovables, también se establecen importantes requisitos debido a la siniestralidad registrada en el pasado.
Por ello, desde el departamento de gerencia de riesgos industriales de S4 Correduría de Seguros, analizamos en el presente artículo los principales riesgos de este tipo de instalaciones y consideraciones a tener en cuenta para asegurarlas.
La problemática: el riesgo de incendio y el robo de materiales en las instalaciones fotovoltaicas
La Fundación INADE en colaboración con la Universidad de Coruña publicaba recientemente el trabajo titulado “Riesgos de incendio en paneles fotovoltaicos”, en el que desgrana esta problemática. Y es que, desde prácticamente los años 80, han sido muy numerosos los incidentes, que han ido en aumento a medida que ha crecido el número de instalaciones. Estos siniestros y su posible frecuencia han puesto el foco de atención de las compañías de seguros.
¿Cuáles son los peligros eléctricos más comunes? En primer lugar, hay que señalar la descarga o electrocución por conductores con tensión. La electrocución se produce cuando la corriente eléctrica atraviesa el cuerpo humano produciendo una parada cardiorrespiratoria. Una tensión de 75 mA a través del corazón resulta letal. Por lo que es fundamental protegerse a sí mismo y a los demás frente a este tipo de fenómenos. Las descargas eléctricas están producidas por malas conexiones a tierra, cables sueltos y por cortocircuitos productos de cableado defectuoso y conexiones dañadas. Es en la caja combinadora de energía solar dónde se dan estas condiciones, concretamente en los conductores del circuito de salida y de la fuente fotovoltaica, y el conductor de puesta a tierra del equipo.
Otro peligro potencial es el fuego. Una de las causas más comunes son los fallos de arco eléctrico, que son descargas eléctricas continuas de alta corriente que fluyen a través de un espacio de aire entre los conductores. Genera un calor intenso que puede deteriorar el aislamiento del cable y, provocar una chispa o un «arco» que provoque un incendio.
En las instalaciones fotovoltaicas a gran escala, con niveles de tensión media y alta, se pueden producir estos arcos voltaicos, y con ello provocar una explosión. Esto se produce cuando hay fallos en las cajas combinadoras bajo tensión, en las que los circuitos de fuente fotovoltaica se combinan para aumentar la corriente produciéndose una gran cantidad de energía disponible para un fallo de arco, pudiendo deteriorar o quemar el aislamiento del cableado.
Dada la gran proliferación de estos sistemas productores de energía limpia y su amplia y variada instalación, en cubiertas de naves industriales, viviendas, cerramientos, etc., se hace necesario garantizar la seguridad en su instalación. Para ello, en el diseño de las instalaciones fotovoltaicas identificaremos los posibles riesgos; como el de incendios asociados. Ejemplo de ello son los cortocircuitos, el sobrecalentamiento de cables, la inflamabilidad de materiales, etc. Pudiendo incorporar en el diseño sistemas de protección, capaces de detectar fallos de arco el eléctrico resultante de un fallo en la continuidad prevista de un conductor, módulo de conexión u otro componente en los circuitos de continua del sistema fotovoltaico. E incluir dispositivos de apagado rápido situados en la desconexión del servicio o la existencia de un interruptor de apagado rápido especial, etc.
En el diseño de instalaciones incorporaremos medidas de protección pasiva contra incendios; como es la sectorización de elementos clave como salas de inversores y barreras cortafuegos en la instalación del cableado. Dentro de los sistemas de detección y extinción de incendios. Sin olvidarnos de un programa de mantenimiento y revisión periódica.
En un segundo artículo abordaremos las opciones que existen en el mercado asegurador para las instalaciones fotovoltaicas y consideraciones a tener en cuenta.