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¿Cuáles son los seguros más contratados por pymes y autónomos?

Hiscox España, en colaboración con KPMG, ha publicado el “I Informe Hiscox de pymes y autónomos en España. Estado del ecosistema empresarial español ante la incertidumbre”. Este informe tiene como objetivo analizar el tejido empresarial español poniendo especial énfasis sobre las pequeñas y medianas empresas. Además, busca identificar los principales retos y amenazas del sector, así como las tendencias y diferentes oportunidades que pueden impulsar el desarrollo de la pyme en el medio plazo.

El último capítulo del informe está dedicado al mercado asegurador. La principal conclusión es que, en nuestro país, muchas pymes se encuentran infra aseguradas, especialmente las que son más pequeñas y nuevas. Además, muchos productos existentes son demasiado complicados y rígidos para cubrir las necesidades de las empresas más pequeñas.

Por parte de las empresas aseguradoras, el principal reto es ofrecer productos a medida debido a la naturaleza cambiante de las pymes. El sector de las pymes es extremadamente heterogéneo en cuanto a sector, tamaño y, por tanto, necesidades y preferencias a la hora de asegurarse. La clave para las aseguradoras reside en la segmentación de los diferentes tipos de pymes. Los factores por los que segmentar son el tamaño, la madurez y el sector de actividad y estudiando estos factores se encuentran diferentes expectativas y requerimientos a la hora de asegurarse.

Responsabilidad Civil General: los seguros más contratados por pymes y autónomos

A la pregunta de cuáles son los seguros más contratados por pymes y autónomos en nuestro país, la respuesta es el Seguro de Responsabilidad Civil General (54,4%). Le siguen el de RC Profesional (37,3%) y con un 36,8% el Multirriesgo (daños materiales), en mayores proporciones para empresas con más años de antigüedad y facturación.

Con respecto a seguros que dan cobertura a riesgos financieros, en la lista de seguros más contratados por los encuestados, no encontramos hasta el final de la tabla los seguros de pérdida de beneficios por interrupción de negocio (DM), seguros de caución y seguros de crédito. Así, sólo tienen contratadas pólizas de este tipo un 8,4% de los autónomos, un 3,4% y un 3,0% respectivamente.

Estos datos contrastan con las encuestas relativas a las preocupaciones de los empresarios. El principal riesgo percibido por las empresas es la incertidumbre económica que se atraviesa actualmente y los cambios que se puedan producir en la demanda. Aunque la mayor parte de las empresas se consideran ya cubiertas antes esos riesgos, la posibilidad de escenarios más negativos (otra pandemia, aumento de la inflación, prolongación de inestabilidad geopolítica, etc.) hace que la demanda de posibles nuevos seguros se oriente a la atención de sus posibles efectos (pérdida de clientes, impagos, etc.). También existe un gran interés en los seguros completos, para cubrirse totalmente ante la incertidumbre del entorno, un seguro que agrupe todo.

De esta forma, un 37% de los encuestados manifiesta que el riesgo que actualmente no tiene cubierto, y que le gustaría que lo estuviese, es el Seguro de inactividad, impagos, baja productividad y pérdida de clientes, siendo así el primero de la lista.

Fuente: Hiscox

 

Los préstamos ICO, protagonistas del segundo trimestre

Este pasado mes de marzo se han cumplido 2 años desde que el mundo se paralizara con motivo de la pandemia por COVID-19. Simultáneamente, la economía se paró, muchas empresas y autónomos vieron sus negocios cerrados y sus ventas caer de forma dramática. Los créditos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) fueron una balsa de salvamento para muchos de ellos, un impulso financiero que venía con 12 meses de carencia que posteriormente se amplió otros 12.

Ahora, con la recuperación económica aún sin despegar y un escenario incierto en el horizonte, empresas y autónomos deben empezar a devolver dichos créditos.

Recientemente, el Gobierno ha facilitado una nueva carencia extra, para sectores sensibles, de otros 6 meses (transporte, agrícola, ganadero, pesca).

A mayores se ha habilitado otra línea de 10.000 millones de euros para paliar las consecuencias del conflicto de Ucrania.

Esta medida junto con las recientes ayudas al combustible, la ampliación del bono energético… Han estado encaminadas a mantener la liquidez del sistema económico y amparar al sector financiero (recordamos la garantía estatal de los préstamos ICO de hasta un 80%).

La morosidad asociada a estos préstamos es extremadamente baja en estos momentos (acorde a la mora bancaria media).

Y ahora, ¿qué?

Tenemos un escenario económico complejo con préstamos y financiaciones de circulante a tipos bajos y una elevada inflación… Bastante presión para el sistema financiero.

Muchos sectores afectados por el incremento de precios de energía, carburantes y materias primas, que redundan en ajuste de márgenes por no poder transferir íntegramente esas subidas a sus clientes.

Más deuda, menos margen, mucha liquidez, y un crecimiento esperado del PIB de un 0,1% en el segundo trimestre del año (según previsiones del BdE).

Parece razonable pensar en un segundo semestre complejo en cuanto al comportamiento de morosidad empresarial.

Financiación alternativa para cumplir con los pagos

Además de analizar y gestionar adecuadamente el riesgo de crédito, es previsible que se relance el crecimiento de las estructuras de financiación alternativa (desarrollos fintech) como vía complementaria a la financiación tradicional, y para refinanciar operaciones de empresas que puedan estar especialmente “estresadas”.

5 ventajas de la financiación no tradicional

La financiación bancaria de las empresas en Europa supone un 80% del total, mientras que en Estados Unidos es solo del 19%. Hablamos de dos estilos y modelos de financiación casi contrapuestos… Y estos datos ponen de manifiesto modelos de negocio también diferentes. Por eso, hoy analizamos las ventajas de la financiación no tradicional.

Esta diversificación explica en gran medida la mayor capacidad de respuesta para las salidas de las crisis; aguantar momentos de estrés financiero, de tensiones de liquidez, una más rápida creación de empresas después de recesiones…

El sector de financiación privada nos lleva décadas de ventaja, pero gradualmente vamos asimilando estas nuevas fuentes y alternativas de financiación.

En lo que respecta a España, no en vano, en 2015 se regularon por primera vez las plataformas de financiación participativa mediante la Ley 5/2015, de 27 de abril, de fomento de la financiación empresarial.

La dirección financiera de las empresas cada vez es más consciente de los servicios y productos que ofrecen las entidades financieras no bancarias… Tales como préstamos, descuento de pagarés, factoring, confirming, etc. Algunos de ellos se garantizan a través de coberturas de crédito.

Cómo mejorar la capacidad de financiación

Desde el departamento Insure S4 Credit incidimos en 5 de las ventajas que aportan a las empresas las nuevas formas alternativas de financiación, además del objetivo principal de “mejora de la capacidad de financiación”:

  1. Diversificación: Eliminar la dependencia de determinadas entidades, cuyo número y consecuente oferta no para de menguar, limitando las posibilidades de crecimiento de las empresas.
  2. Agilidad: Obviando los trámites extremadamente burocráticos y consiguiendo soluciones adecuadas a las necesidades de cada cliente en tiempo reducido.
  3. No ocupan CIRBE: Los recursos provienen de inversores particulares, que por estar estructurados entorno a SPV de inversión, aunque están regulados, no tienen la obligación de comunicar préstamos al Banco de España.
  4. Variedad: existen numerosos formatos y opciones para estructurar estas financiaciones en el mercado, con una oferta creciente, que además fomenta una competencia que ha ido ajustando los costes en los últimos años.
  5. Asesoramiento personal: la financiación alternativa se plantea de la mano de expertos que estudian cada caso para saber qué solución es la más adecuada. En este sentido, desde Insure S4 Credit ponemos a su disposición la fórmula Easy Financing mediante la cual analizamos cada caso concreto para ofrecer soluciones a medida.

Si necesitas asesoramiento sobre cómo acceder a estas ventajas de la financiación no tradicional, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y uno de nuestros técnicos analizará tu caso sin compromiso.

Las insolvencias aumentan en el sector de la construcción

El incremento de precios de las materias primas, el transporte y la energía está deteriorando el riesgo crediticio de las empresas más pequeñas del sector de la construcción en España. De esta forma, bajan también los márgenes de beneficios e incrementan las insolvencias. Éstos son los principales riesgos en el sector de la construcción según un informe publicado por la entidad aseguradora Crédito y Caución.

En España, el sector podría registrar un aumento significativo de las quiebras a principios de 2022, en función la evolución de las medidas de estímulo, el final de las prórrogas de los préstamos bancarios y la velocidad de desembolso de los fondos de la Unión Europea. Esta incertidumbre, junto con el elevado apalancamiento de las empresas y la continua presión sobre los márgenes, provoca un incremento del riesgo de crédito, especialmente entre las empresas más pequeñas activas en el segmento de la construcción residencial.

En este escenario, un buen análisis del riesgo se hace imprescindible para orientar la actividad comercial. Con posterioridad a ello, valorar una cobertura de Crédito es la mejor manera de garantizar la solvencia de las pequeñas y medianas empresas frente a los posibles impagos. El departamento técnico de InsureS4Credit analiza y aconseja sobre las herramientas aseguradoras y financieras que mejor se ajustan a las necesidades de cada negocio para el sector de la construcción.

Aumento de la actividad en 2021 y 2022

Al mismo tiempo, el sector vive un momento de gran actividad y de aumento de demanda.

La llegada de fondos europeos ha disparado el gasto público. Nuevamente, y por segundo año consecutivo el Estado batirá su récord de inversión. LOS PGE 2022 contemplan una partida consolidada que suma 43.419 millones de euros, entre inversiones reales y transferencias de capital; un crecimiento del 10,5% con respecto a las cifras de 2021.

El Estado prevé gastar en 12 meses más que en la suma de los ejercicios 2012, 2013 y 2014, lo que consolidará el crecimiento de la actividad. Esta parte, destinada principalmente a obra pública.

En la parte privada, el sector del inmobiliario ha sido uno de los más impactados por el COVID-19, ralentizando su actividad de inversión. Se han acelerado los cambios estructurales en determinadas tipologías de activo por los nuevos patrones en los hábitos de vida, del trabajo y del ocio.

Se ha registrado un impacto directo en mercado de oficinas, centros comerciales y hostelero, por la caída de demanda en sector empresarial. Impacto coyuntural en logística, inverso (por el crecimiento de ventas online), y el residencial en crecimiento.

Se prevé un cierre de inversión en mercado inmobiliario para el 2021 cercano a los 11.000 millones (frente a los 8.700 millones del 2020).

Productividad e Innovación

McKinsey otorga a la actividad de la construcción un 13% del PIB global, una cifra muy significativa. En cuanto a la productividad, en dos décadas, sólo un 1%.

¿A qué se puede deber este mínimo crecimiento, por no decir estancamiento? Numerosos factores. Deloitte cita, entre otros, las palpables imprecisiones en los tiempos de entrega, en la previsión de costes, un trabajo manual en el que la estandarización de procesos tiene poca penetración y una falta de trabajadores cualificados, sobre todo por la temporalidad en los contratos derivado de un sector marcado por los ciclos económicos.

Seguros de crédito para afrontar los riesgos en el sector de la construcción

El mercado de deuda inmobiliaria llegaba en España a 80.000 millones en 2020, pero se estima que pueda alcanzar el doble al acabar el próximo año 2022. Las moratorias y las ayudas están retrasando el temido efecto de la morosidad, que se espera acabe llegando durante el 2022. Ultimo paquete de ayudas de 10.000 millones para un total acumulado de 50.000 millones.

Se prevé que la tasa de morosidad crezca entre un 30-40%. No habiendo llegado aún esa situación, tanto las empresas como las entidades financieras tienen margen para prepararse y afrontar convenientemente esa situación.